*Por Mayte Loredo
*Foto Marianne Blanco
Los que tenemos niños pequeños en casa sabemos lo exigentes que pueden ser a la hora de comer y si a esto le sumamos nuestra natural preocupación por darles alimentos sanos, nutritivos y variados, la elección del menú diario muchas veces es un dolor de cabeza y todo un reto.
Cada vez hay más personas conscientes de que nuestra salud o enfermedades están íntimamente ligadas a los alimentos que ingerimos a lo largo de nuestra vida, por ello fomentar una cultura gastronómica saludable desde la niñez y que perdure a lo largo de sus vidas es una tarea impostergable y de vital importancia.
Pero sé lo que están pensando: que es una tarea muy difícil! A los chicos les encanta estar en compañía de amigos y comer muchas frituras, postres llenos de cremas, azúcar, harinas refinadas, gaseosas y una larga lista de etcéteras nada saludables. Pero no se desesperen, esta misma atracción por la comida y lo que ella representa, puede jugar a favor de nosotros. Solo hará falta un poco de dedicación, creatividad, tiempo y una inocente complicidad entre la familia.
¿Quién no recuerda con nostalgia algunos almuerzos o cenas familiares de su niñez? En realidad la mesa bien servida era el pretexto para reunir a la familia, estrechar lazos, enterarse de novedades, reírnos o simplemente estar todos juntos. Estas maravillosas e imborrables vivencias siempre sucedían alrededor de un delicioso plato de comida.
Esto quiere decir que los alimentos sirven para mucho más que nutrir el cuerpo. Al comer sociabilizamos, departimos, cerramos negocios, enamoramos, agasajamos, disfrutamos, hacemos amigos, festejamos y mucho más. Comer es uno de los más grandes placeres y para el que cocina la mejor ofrenda y satisfacción es ver que los platos quedan vacíos.
El inmenso potencial detrás de un plato de comida
No te asustes! Aprovechar el potencial detrás de cada alimento para formar la cultural alimenticia de los peques es sencillo. Para que el alimentarse sea una experiencia inolvidable, enriquecedora, didáctica y totalmente gratificante el truco es involucrarlos en todo lo que significa el proceso de alimentarnos. Te propongo los siguientes pasos para aprender junto con ellos.
El proceso creativo: Esto implica, la elección del menú diario; qué cocinaremos; cómo lo serviremos y, muy importante: cómo jugamos con los colores e insumos para hacer una decoración divertida en el plato. Recordemos que todo entra por los ojos y que con un poco de imaginación, una papa puede convertirse en un botecito o en una carita feliz; una ensalada en un precioso arco iris o un trozo de zanahoria en una estrella. Comer debe ser un placer para todos los sentidos.
El proceso de compra: Lleva a tus hijos a buscar alimentos, así conocerán todas las posibilidades que nos ofrece la Madre Naturaleza. Si son observadores y los guiamos adecuadamente se darán cuenta de que las frutas o verduras varían según la estación y nuestras necesidades. Esta es una fantástica manera para que aprendan a elegir productos frescos, sanos, naturales y variados. Algo importante a resaltar es que generalmente nuestros hijos heredan nuestros gustos, por ello si a mí no me gusta la berenjena, jamás la compraré ni la prepararé en casa y para ellos siempre será un producto extraño y poco apetecible. Por ello es importante atreverse probar y experimentar nuevas recetas e insumos para no limitarlos… ni limitarnos.
El proceso de preparación: Los chicos disfrutan mucho esto. Obviamente hay que darles tareas sencillas que no impliquen riesgos y siempre bajo nuestra supervisión. El hecho de ir descubriendo la transformación que sufren los alimentos y los aromas que emanan mientras se preparan es una experiencia deliciosa y muy estimlante. Servir los platos de manera divertida jugando con los colores, formas o texturas será una inolvidable y divertida experiencia artística.
Disfrutar la comida y la compañía: Esta es finalmente la más placentera recompensa, los chicos comerán felices su obra de arte y los momentos compartidos quedaran impregnados en su alma por el resto de sus vidas.
Una inversión para toda la vida
Sé que a veces el tiempo es escaso, pero más vale calidad que cantidad. Así que aprovechemos al máximo los momentos que podamos compartir con nuestros niños y hagamos que sean inolvidables. Formarles buenos hábitos alimenticios es una tarea que demanda tiempo y dedicación, pero les puedo asegurar que los momentos invertidos en esta labor serán muy bien valorados y aprovechados en un futuro.
La ciencia de la nutrición y el arte de saber alimentarnos son parte de una aventura culinaria que se debe fomentar y cultivar desde la niñez porque finalmente “Somos lo que Comemos”. Nuestra salud, fortaleza e inclusive emociones dependen de los alimentos que ingerimos.
*Mayte Loredo es experta en comida sana y vegetariana de larga trayectoria. Ha hecho muchos coleccionables de recetas sanas en varios diarios peruanos, ha tenido espacios de comida sana en programas de Tv, es creadora de las famosas Quinua Burguers y es asesora de chefs e instituciones en temas de comida sana y vegetariana. Encuentra más en la sección: Nosotras. Correo: mayteloredo@gmail.com
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