El embarazo es un momento de profundos cambios para la mujer: ocurren cambios no solo físicos sino también psicológicos e interpersonales, y la mujer debe acomodarse a todo este oleaje que sin importar lo preparada que se esté, siempre puede sorprender. Nuestra colaboradora, Jenny Novoa nos cuenta un poco sobre su experiencia durante los primeros meses de su embarazo y propone una meditación que te permitirá abrir tu corazón, tus emociones y adquirir un mayor conocimiento de ti misma.
Los primeros momentos: el embarazo y tú (por Jenny Novoa* / Foto: Joi Paredes)
¿Estás embarazada? Wahe Guru, que significa “la experiencia del creador infinito es tan grande que no se puede describir con palabras”.
Hace casi un año asistí a un curso de sanación, “Sat Nam Rasayan”, dirigido por el maestro Guru Dev Singh. En él, nos permitían hacerle preguntas privadas. Cuando me acerque a él, solo me dijo: “Necesitas florecer tu lado femenino” y me recetó una meditación bastante aburrida. Desde entonces, hice de todo para entender a qué se refería: una sanación uterina. Usé el huevo de obsidiana y, por supuesto, la meditación que me dio el maestro por 70 días.
A los pocos días, me di cuenta de que estaba embarazada. No podía creer que iba a ser mamá, que alguien se estaba formando dentro de mí, que ya había más de un latido en mi cuerpo. Pero, con el pasar de los días me di cuenta de que era real. Me limité a comentarlo solo con las personas más cercanas a mí y mi pareja. Es mejor que la pareja lo tenga en privado hasta que el peligro haya pasado. Tu bebé necesita buenas vibraciones. No permitas que nadie con emociones muy fuertes, sea por preocupación, por celos o simplemente no tenga buena energía, te rodee. Es importante que desde hoy comiences a preparar tu vida de madre. No me refiero a que te compres ropa de maternidad o que pintes el cuarto de tu bebé, sino a que formes tu disciplina para elegir modos de vida que te nutran. Iniciar una práctica de yoga y meditación te dará excelentes resultados, y contribuirá a que puedas sobrepasar el gran desafío de los tres primeros meses. Es decir, ¡cosecharás lo que siembras! Buen ambiente, alimentación saludable y mucha consciencia. Las emociones son fuertes: en un momento puedes sentirte feliz, y a las horas puedes estar rabiosa o triste. Es como el mar: la formación de cada nueva ola representa cada nueva emoción que se forma en nosotras. Van y vienen, sin parar. Todo sale a flote y solo tú serás capaz de llevarlo y observarlo. Ser consciente de ello te dará la oportunidad de conocerte más profundamente. ¡La esencia de la feminidad es espectacular y perfecta!
Una hermosa amiga y maestra de kundalini yoga me hizo llegar un libro que me acompaña como si fuera mi biblia. Se llama “Kundalini Yoga para embarazadas”, escrito por Gurmukh Kaur. Es un libro fascinante, lleno de historias, enseñanzas, meditaciones y ejercicios. Quiero compartir contigo esta meditación que parece sencilla pero son justamente esas simples palabras las que tienen un efecto muy poderoso si se dicen de corazón y se aceptan como la verdad sobre quienes somos:
“Yo soy la luz de mi alma, soy generosa, hermosa y dichosa, yo soy, yo soy”.
HONRA TU CONDICIÓN DE MUJER – MEDITACIÓN
Practica esta meditación para ser generosa, hermosa y dichosa. Si no puedes al aire libre, busca un lugar tranquilo en tu casa donde nadie te moleste, enciende una vela y siéntate hacía el Este, donde nace cada nuevo día. ¡Proclama ante ti, ante tu bebé, ante el creador y ante el mundo entero que eres la luz del alma! Escucha tus palabras, puedes gritar o susurrar según te apetezca. Repite el ejercicio de tres a once minutos, con los brazos extendidos todo el tiempo.
Repite este mantra: “Yo soy la luz de mi alma, soy generosa, hermosa y dichosa, yo soy, yo soy”.
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