Según B.K.S. Iyengar en los tratados de yoga más importantes, el acento está puesto no en las posturas (asanas) sino en la práctica constante (Sadhana o Abhyasa). Y es que “Sadhana no solo es un estudio teórico de los textos de yoga, es un empeño espiritual. Las semillas oleaginosas deben prensarse para producir aceite. La madera debe calentarse para que prenda y dé el fuego que lleva dentro. De igual modo el Sadhaka (practicante) debe encender con la práctica constante la llama divina que lleva dentro de él” (“Luz sobre el Yoga”, B.K.S. Iyengar. Biblioteca de la Salud, Editorial Kairós. 2012, Barcelona).
Hoy que la práctica del yoga se ha extendido y cada vez es más difícil decidir dónde o qué estilo practicar, debemos recordar que la práctica de las posturas es solo uno de los aspectos del yoga. Es cierto que se recomienda empezar por la parte física para calmar la mente. Y de hecho muchos solemos llegar a la práctica de yoga por tener alguna dolencia física o por querer vivir con menos tensión. Y podemos convertirnos en excelentes alumnos o alumnas, pero si no vamos más allá del aspecto fisiológico de la práctica solo nos quedaremos en la superficie de este océano de sabiduría. Es decir, se recomienda empezar por la parte física, pero a medida que uno avanza en su práctica es recomendable sumergirse en la verdadera riqueza y esencia del yoga. La verdadera disciplina yóguica es una práctica espiritual, un sadhana. Y tu práctica de asanas se puede convertir en sadhana si la haces con devoción y desapego.
Aquí, te dejamos con esta nota sobre el Sadhana de Jenny Novoa.
(por Marianne Blanco).
En busca del Sadhana
*Por Jenny Novoa
Sadhana es un término sánscrito que significa: “práctica espiritual diaria”. Es una disciplina voluntaria que nos conecta con nuestro ritmo interior. Puedes hacer tu Sadhana solo o en grupo y enfocarlo en una meditación, en una respiración o en cantos de mantras. Personalmente, disfruto más de mi práctica cuando es en grupo porque se genera un espacio sagrado, lleno de amor y de ganas de dar. Es esta misma energía la que sostiene y crea un Sadhana poderoso.
Se recomienda realizar el Sadhana durante las “horas de ambrosía” (las horas antes de la salida del sol). Este es un momento en el que todo aún sigue dormido, las personas y las emociones. Todo está en calma y silencio y tú estás lista(o) para conseguir los máximos resultados de tu práctica.
El mundo, hoy en día, está contaminado no solo en el aspecto físico sino también energético. Usualmente, sobre todo en la ciudades grandes, la energía que nos rodea está peligrosamente cargada. Por ello, fortalecer nuestra aura con el Sadhana nos prepara y protege diariamente para lidiar con este aspecto. El hecho de realizar tu Sadhana diariamente no te hará inmune a las dificultades de la vida. Estas estarán allí siempre porque son parte de nuestro paso por la Tierra. Lo que te dará el Sadhana será la fuerza interna para encontrar la paz, la luz y la claridad que te ayudarán a sobrellevar todas tus experiencias y permitirán que cada reto se convierta en una oportunidad. Así que hazte un favor y, antes de enfrentarte con el mundo exterior, cada madrugada sumérgete en la alegría de la victoria que surge con un potente Sadhana.
Para lograrlo te recomiendo tener un pequeño espacio para meditar. Puede ser un rincón en la sala, tu cuarto, o escritorio. Con un pequeño espacio es suficiente. Antes de irte a dormir cada noche deja tu espacio de meditación listo, ya que sabemos que ese tiempo “extra” en nuestra rutina matutina es un esfuerzo y podría hacerte desistir de practicar tu Sadhana. Para hacerlo más acogedor, agrégale a ese lugar especial velas, palo santo o incienso, algún instrumento musical, una foto de tu maestro/gurú, o un oráculo. Ten tu mat de yoga, y un cojín (no mullido) si te hace falta para sentarte y meditar. Así estarás lista(o) para navegar dentro de ti. Sat Nam!
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